¿Qué pasa cuando la vida te propone barajar y dar de nuevo? Entre Doñas cuenta la historia de un grupo de mujeres que, en plena tercera edad, deciden compartir techo, horarios y la heladera. Lo que podría ser un experimento social fallido se convierte en una experiencia inesperadamente transformadora. A través de diálogos filosos, rutinas que se reinventan y una convivencia tan caótica como entrañable, este libro explora los vínculos entre mujeres, el paso del tiempo, las segundas oportunidades y la potencia de la amistad, incluso cuando la juventud quedó atrás… o no tanto.

Con sensibilidad, humor y un ojo muy atento a los detalles de la vida cotidiana, la autora y mi amiga personal Marina Frankel, pone en escena a unas doñas que, lejos de apagarse, se prenden fuego. Y nos invitan a repensar la vejez como un territorio lleno de preguntas, deseo y fuerza colectiva.

👵🏻💬👵🏻 Diálogos que construyen comunidad

Lo primero que me atrapó del libro fue la charla de estas mujeres. Tan real, sin vueltas, con bromas sobre ejercicios de Kegel (sí, Kegel, googlealo amigo), conspiraciones cotidianas, y hasta discusiones sobre cuál es el mejor mantel para la mesa. Estos diálogos no solo me hicieron reír; sino que también crean ese ambiente de comunidad donde una quiere estar, aunque sea solo para escuchar. Y no es la típica amistad “de novela”, sino que es una de esas amistades de las buenas, de las que transita peleas, silencios y gestos casi invisibles.

🏠 El espacio como proyecto vital

Una mudanza forzada se convierte en el epicentro de la historia. No es solo cambiar de casa, es reinventar un hogar. Cada detalle -desde el reloj cucú que marca más que las horas, hasta los cubiertos que parecen tener vida propia- habla de cómo se va armando un refugio en común. Es un lugar donde cada una pone un pedazo de sí, no sin algún que otro choque o incomodidad inevitable en cualquier vínculo. 

🌊 La vejez como movimiento

Una de las cosas que más me gustó es que el libro desarma el mito de que ser vieja es sinónimo de quietud o resignación. Hay deseo, peleas, fiestas, cansancio, sueños y más. El vermut con risas y algún gesto rebelde muestra que la vejez, más que un estado, es un proceso lleno de matices. Y si estás pensando en abuelas amorosas que solo cuidan nietos, olvidate: acá hay personajes con vida propia, que siguen buscando, equivocándose y disfrutando.

🪞Nosotras, las futuras doñas

Leyendo Entre Doñas no pude evitar pensar en mis amigas. En esas charlas bien largas, mate, birra o vino de por medio, donde solemos fantasear con la vejez como una especie de comuna ideal: todas en un mismo terreno, cada una con su casa, pero con un quincho compartido donde no falten los juegos de mesa, los debates políticos acalorados (meta grito), las plantas, música, tele y alguna mascota. Hay listas para ver quién hace las compras, quién cocina, quién pone la pava. Y cuando suena el timbre, la escena se repite: “¿Quién baja?” “No bajo.” “Yo tampoco.” “No bajo, no bajo, no bajo.”
Y así, entre excusas y risas, seguimos soñando con esa vejez compartida donde lo realmente importante no es quién baja, sino saber que siempre hay alguien del otro lado. (aunque sea el delivery) 🛵

🦠 La pandemia como una escena más del relato

El COVID también aparece y no de forma obvia ni trágica. La cuarentena se mete en la historia como esa persona que te cae sin invitación y pone a prueba los lazos y genera preguntas nuevas. ¿Quién cuida a quién? ¿Cómo se maneja el miedo? La respuesta se encuentra entre todas, con humor y complicidad. Es un recordatorio de que las crisis también pueden ser momentos para reencontrarse y rearmar el mundo, aunque sea a medias.

❤️ La amistad como forma de resistencia

Más allá de la trama, lo que se siente es una celebración de la amistad en la vejez desde la ternura, pero sin caer en el melodrama. Un recordatorio de que, en medio de los problemas, las pérdidas y las vueltas inesperadas, la vida sigue y puede ser incluso más divertida y libre. Porque lo que construyen estas mujeres no es solo una casa, sino una forma distinta de estar en el mundo, una forma más justa, más solidaria, que sigue tejiendo vínculos y que abraza con cuidado.

👀 Ya se puede chusmear el primer capítulo de «Entre doñas«

Para quienes no aguantan la manija, Marina comparte el inicio de su novela en Zaranda.
Una primera chusmeadita para los que ya lo compraron en preventa y también para los que están ahí, dudando, pero con ganas:
🔗 AVANCE ENTRE DOÑAS. CAPÍTULO 1 🤍

📖 Compralo, lo necesitás

En este momento Entre Doñas está en preventa.
Conseguilo acá 👉🏼 https://caburelibros.ar/product/entre-donas

y conocé mas sobre el trabajo de Marina en su instagram, dale follow: https://www.instagram.com/frankel.marina

💚 Sobre la autora:

Marina Frankel (Buenos Aires, 1985), vive en Parque Avellaneda. Es trabajadora social en el Hospital Piñero. En 2018 se inició en la escritura y participó en distintos talleres literarios. Actualmente asiste al espacio coordinado por Florencia Gattari. También es artista visual, utiliza el collage y otras técnicas para explorar las huellas de la vida doméstica y la memoria generacional. «Entre doñas» es su primera novela.

Dejo acá de yapa un texto que escribió Mari y se publicó en este blog sobre mujeres y fiestas 😉