SING. LUANG NAMTHA, LAOS.
El es Sing, lo conocimos en Luang Namtha, en una excursión de tres días por la selva.
La primer noche paramos a dormir en un «refugio» (una construcción abierta de bambú un poco levantada del suelo donde ponés las bolsas de dormir) a orillas de un río.
Después de cenar y estar un rato en un fogón charlando con señas, Sing nos invitó a pescar y cazar ranas al río.
Solo tenía una linterna en la frente y un cuchillo, lo seguimos.
Empezó a caminar por las piedras como un ninja, como si levitara, nosotros íbamos atrás agarrados de la piedra en cuatro patas, porque aparte de estar con verdín no se veía nada. El siguió caminando en el medio del agua de piedra a piedra, hasta que paraba, miraba algún pececito en el agua y muy rápido con el cuchillo ¡zac! lo mataba y lo ponía en una bolsita.
Con las ranas lo mismo, iba caminando muy despacio hasta un árbol y cuando veía una rana la agarraba con la mano muy rápido, le quebraba las patitas y la ponía en la bolsa con los peces.
Al otro día desayunamos arroz con pececitos y ranitas hervidas en hojas de plátano.
Era de la religión Hmong, como mucha gente de Laos, creían en los espíritus. El de la selva, el del río, el de los árboles, el de su padre que va con los hijos donde ellos vivan y según donde estuvieran comiendo le hacían una ofrenda al espíritu del lugar, al del padre si era en su casa, al de la selva si estaban en el río y así siempre.
Luang Namtha, Laos.
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Lugares, personajes, objetos, animales, situaciones.
Viajes registrados en primera persona.
Papel, lápiz, tinta y acuarela en los Cuadernos de Petra.
