Vimos un oso hormiguero trepando un árbol, mariposas de todos colores, unas hermosas azules fluo, pajaritos de colores que no paraban de cantar, monos chiquitos yendo de árbol a árbol y escuchamos gritar a monos más grandes.

Muchas hojas de todo tamaño y color, árboles altísimos, anchos, finitos, petisos, «estranguladores» que crecen sobre otro árbol hasta sacarles la luz y matarlos, muchos árboles, un bosque muy tupido, había que ir agachándose, esquivando plantas, ramas, piedras.
Subimos hasta una montaña que arriba de todo tenía un mirador donde se podían ver de un lado el océano Atlántico y del otro el Pacífico.

Cuando estábamos volviendo, Alan vio una serpiente de coral, yéndose, yo no llegué a verla, nos dijo q esas en general se van cuando te ven. También había serpientes de terciopelo, que pueden llegar a medir varios metros, son muy anchas y cuando te ven se enroscan y se preparan para atacar, ¡¡por suerte no nos encontramos con ninguna!!